Os traigo una entrada que tiene bastante tiempo, de las primeras que escribí para el anterior alojamiento y la traigo sin modificar un ápice, aunque si advierto que esta es mi opinión, al igual que con Evangelion 3.33, entiendo que mi odio a Shinji es personal en muchos casos injustificado, y con Victoria y su triangulo amoroso me ocurre tres cuartos de lo mismo, mi molestia hacia esa decisión en la saga es personal.

Por cierto, hay que ver lo feo que es el diseño de las espadas y el báculo para el comic, parecen compradas en el Todo a 100 de mi pueblo de cuándo tenía tres años.

Memorias de Idhun es probablemente la saga de fantasía juvenil más conocida en su tiempo de una autora española. Tenemos que reconocerle el merito a Laura Gallego de crear un mundo nuevo con su propia mitología. Basada en buena parte en la fantasía tradicional de espada y brujería, pero con los suficientes aderezos como para que resultara refrescante y enganchara a los jóvenes lectores que se arrimasen a ella atraídos por la sed de aventura.


Yo fui uno de esos jovenes, por recomendación de una gran amiga me adentré en las páginas para encontrarme con el joven Jack convertido en huérfano en el prologo (Para que te vayas endureciendo chaval, que no es la última hostia que vas a recibir), con la dulce Victoria y con su antítesis, el frío Kirtash. En esta primera incursión a Idhun dejaré fuera al resto de personajes, en especial a la traicionera y manipuladora Gerde, para explorar un punto en esta saga de fantasía que hizo que quisiera carbonizar la cara a alguien,

Os pondré en perspectiva. Acababa de llegar a ese libro y me había enamorado desde la primera página de sus personajes, su historia me intrigaba y quería saber más y más del mundo que se nos estaba revelando ante nosotros. En la introducción tenemos el asesinato de los padres de Jack, pero además descubrimos que la Tierra, nuestra querida, amada y contaminada Tierra, no es el hogar de Jack. Jack pertenece a Idhun, o al menos una parte de él, una parte escamosa, de color dorado, catorce o quince metros de largo y escupe fuego. Jack es un dragón. El último dragón para más inri. Para ese momento yo ya no podía separar la mirada del libro.

Jack en el libro es aun más impresionante

 

Hemos descubierto también que Victoria también esta en la lista de animales en peligro de extinción, es un unicornio. Vale, lo admito, esto lo sabemos más adelante, pero es la parte que más me llama la atención, que nuestros protagonistas sean dos especies tan carismáticas y legendarias de nuestra cultura, y de la de Idhun. Incluso Gallego les da roles mucho más importantes. Los dragones de Idhun no defienden tesoros de sucios y asquerosos Hobbits, y los Unicornios no se dedican a ser presa de malvados brujos melodramáticos que necesitan deslizarse por el bosque para asustar. Los dragones son protectores de Idhun, y enemigos jurados de nuestros principales villanos, los Shek, serpientes aladas gigantes, Kirtash es uno de estos seres. Y los unicornios son los encargados de dar la magia al mundo. Ellos seleccionan a los nuevos magos, ya sea viéndolos o dejándolos que les toquen (Veo un rollo muy Voyeur y enfermizo en todo esto pero no diré nada).

Todo lo que me cuenta Laura Gallego es interesante. Los personajes son humanos, fallan, dan lo mejor de si, evolucionan. En la primera novela pasan unos años en cierto momento y vemos que Jack a evolucionado, no solo físicamente, se le ve madurar. Lo mismo ocurre con Victoria, y con el resto del plantel de personajes. Nadie se queda estático, van a mejor o a peor, o se quedan igual pero con cambios sutiles en su personalidad fruto de sus vivencias. Aquí nada se deja para el olvido. Si algo ocurre tened por seguro que afectara de algún modo a los personajes. Salvo a Victoria, que tiene la virtud de evolucionar e involucionar a conveniencia.

Y por Victoria estamos aquí. Durante el primer tercio del libro hemos asistido a la evolución de Jack y Victoria como unos amigos que en algún momento pueden llegar a algo. Yo siento que se quieren, ellos saben que se quieren. Esa relación tiene un final claro para todos nosotros. Incluso para los propios Jack y Victoria que sienten esa atracción mutua. Lo que ocurre en el segundo tercio es lo que me empieza a mosquear de mala manera.

No sé si fue una decisión tomada desde la misma concepción de la novela, si Crepúsculo estaba alargando su tenebrosa sombra hacia Idhun, o si, simplemente, Gallego no creyese que una relación de amor como la que se estaba formando entre Jack y Victoria, fuera suficiente para mantener a los lectores durante las próximas dos novelas. Entiendo el miedo de Laura a que sus personajes se estanquen, y que les lance bolas curvas para que tengan que improvisar, yo eso lo entiendo. Es muy fácil cansar al lector si nos presentan ese inicio tan prometedor y que solo veamos eso, inicio. O peor, que la relación sea siempre feliz a pesar de todo lo que nos presente en la trama principal. Pero tenía muchas más salidas que la que tomo. Ella escogió la más fácil. Crear un triangulo amoroso que roza en uno de sus vértices lo malsano. Y ese vértice es Victoria.

Hemos pasado ese lapso de unos años para ver como nuestros protagonistas han crecido, un recurso efectivo para no caer en el chico perfecto que aprende a usar la espada en una semana o a pilotar un caza de combate en una hora (¿No te recuerda a nadie, Luke?). Y vemos que en ese periodo Victoria se ha aficionado a un cantante, Chris Tara. Nos relata como le hacen sentir sus canciones, la conmueven. Esto no sería un problema, mucha gente se siente así con sus cantantes favoritos, una conexión especial con ellos a través de sus canciones y su música porque les llega a lo más hondo. Pero esto es solo una escusa barata para lo que viene ahora. Victoria, Jack, Alsan y Shail se enfrentan de nuevo a Kirtash. Y en un determinado momento Kirtash se queda a solas con Victoria, y esta, que ha descubierto que Chris Tara es Kirtash (Vete tu a saber porque, por mucho que me lo intenten explicar no veo al personaje que nos presentan en Kirtash como alguien que fuera a convertirse en una estrella del rock) y por ende se enamora de él. Punto. No hay más.

Jack ha pasado meses con ella, se conocen desde hace años aunque pasen alejados bastante tiempo. Se llevan bien, tiene cosas en común y sentimos esa conexión entre ellos. Pero Victoria se enamora de Kirtash porque le ha escuchado cantar, es como si Voldemort montase un grupo de música, Los Chatos (Con Belen Esteban a la batería) y Harry Potter tras hacerse fan de ese grupo se enamorase de Voldemort, no tiene ninguna logica. Me lo puede adornar de la forma que quieran, pero a mi eso me parece un recurso fácil para crear ese acercamiento. Me parece más razonable la atracción de Kirtash por ella. Incluso toleraría antes que Victoria simplemente se pusiera cachonda con él sin poder evitarlo, eso si que no atiende a razones, pero el amor si (hasta cierto punto) no te enamoras perdidamente de alguien que quiere asesinarte, a ti, a tus amigos, a tus padres, a Cati, la vecina del cuarto a la que le diste sal hace tres años para un estofado, a todos.

Sé que existen relaciones dañinas donde una persona se enamora de otra que solo le hace daño, pero la clave en esas relaciones es que empiezan con mentiras, la persona agresiva atrae a la otra sin mostrar su cara más desagradable. Aquí no, Kirtash es un hijo de puta desde hace años, Victoria lo sabe, los ha intentado matar en varias ocasiones, y aun así se besan y ella se lo calla mientras lo carcome por dentro para darse cuenta de que se a enamorado de un bastardo.

He mencionado que Kirtash se enamora de Victoria. Debería de enfadarme igual, pero la atracción de Kirtash es por lo que es Victoria. Es prácticamente el enamoramiento que podría sentir un bibliofilo por la primera edición de El Quijote. Victoria es un ser único, el último Unicornio de Idhun, ya no hay más, y Kirtash, como Shek, se siente atraído por eso, es una joya única en el mundo. De ahí nace su atracción por Victoria, pero no deja que eso le haga temblar el pulso más allá de tener ceguera selectiva para no matar a Victoria en los siguientes enfrentamientos.

Su caída y reconversión en «héroe» es debido a que se enamora de Victoria, y su enamoramiento esta justificado tal cual lo explican. Y no deja que eso interfiera o altere su personalidad, sigue siendo despiadado, manipulador, frío y letal. En este lado de la pareja no tengo problemas, me disgusta que desaprovechen un buen villano, pero es interesante verle actuar entre ambos lados simplemente por amor.

Mi problema esta con Victoria, como ya he dejado claro, su atracción por Kirtash carece de cualquier sentido para mi. Y lo que es peor, no es que decida no continuar su avance con Jack, es que toma la brillante decisión de que quiere a los dos. Esta claro que lo pasa muy mal para decidir.

¿Con quién me quedo?

¿A cuál elijo? Es tan difícil.

A) Jack, un chico cálido, de buen corazón. Siempre allí para cuidarme y protegerme. He pasado años con él. Siempre estará cuando le necesite.

B) Kirtash, el enemigo mortal, frío y maquiavelico. No dudará en matar a todos mis amigos. Me gusta como canta. Solo pasará un tiempo conmigo y el resto del año estará lejos.

Pues está claro, ante estas dos opciones tan equiparables, Victoria se hace un lío y tacha ambas opciones. Y ella está en su derecho de hacerlo. El problema es el ultimátum que dan los otros dos, o aceptan al otro o no hay tu tía. Pero es un ultimátum tramposo, ella quiere a los dos y los quiere si o también. Provoca esa encrucijada porque sabe que van a tragar.

Y por culpa de este triangulo amoroso absurdo, el personaje de Victoria queda denostado. De la poderosa bruja que se nos venía presentando queda relegada a la protagonista enamorada de dos personas y la encargada de mantenerlas juntas sin que se maten. No es que Victoria pierda sus poderes, o que no ayude en nada, pero su papel principal pasa a ser ese. Evita que Jack y Kirtash, enemigos por naturaleza (Su instinto les dicta a gritos que maten al otro por culpa de los dioses), se asesinen. Ese es su trabajo.

Incluso tiene un repunte muy interesante y que me volvió a acercarme a ella. En el segundo libro Kirtash y Jack acaban explotando y el primero asesina, más o menos, al segundo. En ese momento Victoria cae. Toda su personalidad es absorbida, consumida por un odio y una sed de venganza inhumana. Su única meta en la vida es atrapar a Kirtash y convertirle en un alfiletero. Su alma se muere en el instante en que ve a Jack desaparecer en el volcán. Durante un buen trecho del libro viajamos con ella, con una única meta, encontrar y torturar hasta la muerte a Kirtash.

Todo ese fragmento es lo más interesante que se hace con Victoria en la saga. Comienza a brillar como personaje en ese momento. Tiene instantes de crueldad, dándole poder mágico a un pesado que la acompaña a sabiendas de que en su estado actual Victoria no puede hacer bien esa función.  El dolor que le inflige al joven que le pide convertirse en mago es sobrecogedor, y no la vemos lamentarlo ni un solo segundo. Su personalidad ha variado tanto de la original, y tiene tanto sentido dado lo que ha sufrido, que no puedo más que aplaudir la valentía de Laura Gallego por llevar a este extremo al personaje después del profundo valle en el que lo había metido con calzador.

Pero esto no iba a salir bien. Victoria encuentra al fin a Kirtash y… No es capaz de matarlo. Es más, se vuelven a besar. Y como Jack resulta que no esta muerto, pues Victoria pega un volantazo  y como si jugase al parchís se vuelve a su casilla de salida. Si ya lo anterior era absurdo, lo que hacen en esos momentos es para tirar el libro contra la pared. Victoria se había convertido en alguien a la altura de Gerde, cruel y vengativa. Y sin más vuelve al principio porque el statu quo se ha rectificado. Eso no tiene sentido, Victoria no se puede recuperar de lo que ha vivido, de lo que ha hecho.

El comic es una muestra bastante clara de este sin sentido en Victoria. Ni amor ni gaitas. No había ningún tipo de amor cuando Victoria le provocó la maldición al joven anteriormente mencionado. Diréis que Kirtash se aprovecha de la situación en su beneficio, que es él, el que la arrastra de nuevo al amor. Pero es que Kirtash es un personaje manipulador, entra dentro de lo que se espera de él. Creo que incluso es sincero, que se cree que Victoria lo va a matar. El personaje de Victoria antes de ese punto era perfecto. Me encantaba a donde se dirigía, y quería verla caer, quería verla asesinar a Kirtash. Luego podría arrepentirse, pero quería que sobrepasara ese límite para ver en que se convertía. Pero lo que me dieron fue algo que convirtió el oasis en un simple bache.

Victoria vuelve a su costumbre de quedarse con los dos y punto. No hay vuelta de hoja. Pero cuidado con que cualquiera de los otros quiera un plan similar para ellos. Esto lo comentare por encima porque ya me he excedido, pero Victoria es celosa, y no duda en manipular a Jack y a Kirtash para que decidan volverse castos y solo tener ojos (Y lo que no son ojos, que tiene un hijo con cada uno) para ella. Y ya en este punto Victoria se convierte en alguien odioso.

Quiere a dos hombres y no le da la gana de declinarse por ninguno, pero no tolera ni un segundo que Jack o Kirtash puedan tener una amante o otra persona de la que enamorarse. Al menos Kirtash le deja claramente que tirarse a Gerde no es algo que implique amor y se la tira igual. Pero a Jack le arrebatan la opción de vivir una relación más sana con Kimara. Ya en este punto tengo claro que Victoria solo acepta una vía, la suya. Sé que ni Jack ni Kirtash están obligados a nada con ella y que la pueden dejar en cualquier momento, pero el comportamiento de Victoria me satura demasiado como para que eso me llegue a convencer.

Sé que esto no va a convencer a nadie, es más, lo más probable es que enfade a varios fanáticos de la saga. Es normal, estoy metiéndome con personajes muy queridos, bueno, en realidad solo me meto con uno porque no lo soporto, pero si queréis clavarme un tenedor en el ojo lo comprenderé. Pero dejo constancia de que yo adoró esta saga, me encantan sus personajes y su universo. Pero nunca estaré de acuerdo con un personaje como Victoria, más específicamente con su forma de entender las relaciones.

Me despido aquí de las pobres almas que hayan sido capaces de aguantarme.  Espero que hayáis disfrutado de la lectura.

Nos despedimos con Memorias de Idhun siendo épica.